
La palabra desván viene de un antiguo verbo romance “desvanar”, con el significado de vaciar o ahuecar, formado por el prefijo “des” – (dis – en latín) y la raíz del adjetivo “vanus” (vacío, hueco). Es así como desván designa en una vivienda la parte hueca y vacía que se encuentra entre el último piso y el tejado.
A partir del adjetivo latino “vanus” tenemos infinidad de palabras en latín que nos dan otras tantas en nuestra lengua, como vanidad (cualidad de lo vacuo, falsa apariencia), vano, desvanecer, vanilocuencia (habla vacía sin sustancia ni contenido), …
También el latín con la misma raíz tiene “vacare” (estar vacío o desocupado) y en relación con él tenemos vacante, vagar, vago, vacío, evacuar o vaguada. Asímismo el verbo latino “vastare” (asolar, dejar algo vacío y desierto) y el adjetivo “vastus) “vacío) comparten esta raíz y de ellos tenemos vastedad, devastar y gastar….
Desván
Si camino por el desván de la médula
con antorchas encendidas
sería como vivir sin revivir en la humedad.
Confundiría la oscuridad contigo.
Mis cuadernos acogotados de pasión
adolescente, tal vez ,prisioneros de requiebros.
Si subo al desván de la mesura,
aquellas canciones en cenizas aunarían
el humo de aquel cigarro en el cenicero
donde al andar por los pasillos
se hundía en ti.
Si acaricio los recuerdos en el desván de mi bolsa
respondería la irisada seda de una luz ,
recobraría nombres el barro que trague,
reanudaría la sonrisa pálida del cansancio,
me respondería mi cuerpo confundido
con hondas de dolor hiriente
y teñiría de rumor mis noches ,la piedra.
Dejare con amnesia el desván en el descuido.
Amén
@ANTONIA CEADA ACEVEDO
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