La paridera es una construcción tradicional presente en la Alcarria y en el sur de Soria y Aragón .
Su uso está destinado a la guarda del ganado lanar, tanto para protegerlo de animales salvajes como para guardarlo en aquellos momentos en que no es llevado a pastar.
Están construidas con muros de piedra seca, tejado a dos aguas, y techumbre con vigas de chopo.
Constan de un corral que antecede a la entrada principal, dotado de un tinado o cobertizo, así como de un cerrado exterior que se comunica con el corral por un argollón, abertura que permite el paso de los corderos.
En el interior tienen además un espacio cerrado, denominado pajera, destinado a almacenar paja y grano evitando que los animales lo consuman.
Llega la larga noche de enero a la dehesa,
impasible expresión de invierno melancólico
en tierras de campos bravos de Castilla,
luz de paridera, certidumbre de bravura.
Techo de firmamento despejado,
alfombra ajada de hielo adusto,
ubres de vacas que alimentan;
graciosa estampa de trance de la casta.
Vigoroso e impasible el toro padre,
dueño, señor, divisa y gallardía.
Toro de vigor incontenible,
que siembra la bravura misteriosa.
Emplazado, inalterable,
vigilante, altivo e impasible,
señorea su pujanza el toro padre,
estoico, dominante, inquebrantable...
Separan al becerro de la madre,
fajina de vaqueros adiestrados,
que surcan sus monturas por cercados,
de la tierra que ha sido paridera
y ahora es rabioso gemido inconsolable.
Destetado el becerro de la madre,
asustado, confundido, abatido...
escucha los gemidos de las hembras.
Ubres, que el destino de la casta han sustentado,
ahora es lamento y ‘quejio’ desesperado.
Poema de @Felipe Medina
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