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alacena



Hueco hecho en la pared, con puertas y anaqueles, a modo de armario:las latas de conserva se guardan en el primer estante de la alacena.


*sus raíces están en la palabra "almacén" que proviene del árabe:


(Del ár. hisp. alẖazána, y este del ár. clás. ẖizānah).
Del árabe مخزن “mahzan” - “tienda, negocio, depósito” (con artículo ألمخزن “al-mahzan”) proveniente de verbo خزن “hazana” que signfica “guardar, proteger”.


De este verbo también proviene la palabra árabe خزانة “hizana” - “armario” que dió origen a la palabra castellana “alacena” de ألخزانة “al-hizana”.


Al italiano pasó como “magazzino” (del plural que es مخازن “mahazin”) que luego fue tomado en francés como “magasin” y luego en inglés como “magazine”, donde cambió su significado a “revista”.


La palabra fue reimportada del inglés para terminar como nuestra palabra actual de “magacín”


Para amenizar esta descripción, y recordar poéticamente a este rincón tan especial de las casas de nuestros mayores, os publico este soneto:



Vaho en el cristal de la negra alacena
donde germinan las máscaras líquidas
de los sueños, sombras de alas ávidas,
palabras bóvedas de alguna almena.

Allí me aguardas oscura colmena
abierta al filo de mil lenguas ácidas,
rincón de las serpientes desmentidas,
néctar moreno de cálida vena.

Mi tacto empañado hurga en la memoria
el perfil cóncavo de aquella infancia,
primera sed, húmeda alegoría,

abril ciego de auroras, fértil ansia
donde derramó mi sangre aleatoria
sus pétalos sin flor y su fragancia.

Poema escrito por " Cantúa "

...

He aquí la regla de oro, el secreto del orden:
Tener un sitio para cada cosa
Y tener
Cada cosa en su sitio. Así arreglé micasa
Impecable anaquel el de los libros:
Un apartado para las novelas,
Otro para el ensayo
Y la poesía en todo lo demás

Si abres una alacena huele a espliego
Y no confudirás los manteles de lino
Con los que se usan cotidianamente.

Y hay también la vajilla de la gran ocasión
Y la otra que se usa, se rompre, se repone
Y nunca está completa.
La ropa en su cajón correspondiente.

Y los muebles guardando las distancias
Y la composición que los hace armoniosos.
Naturalmente que la superficie (de lo que sea) está pulida y limpia

Y es también natural
Que el polvo no se esconda en los rincones.

Pero hay algunas cosas
Que provisionalmente coloqueé aquí y allá
O que eché en el lugar de los trebejos.
Algunas cosas. Por ejemplo, un llanto
Que no se lloró nunca;
Una nostalgia de que me distraje
Un dolor, un dolor del que se borró el nombre
Un juramento no cumplido, un ansia.

Que se desvaneció como el perfume
De un frasco mal cerrado
Y retazos de tiempo perdido en cualquier parte
Esto me desazona. Siempre digo: mañana…
Y luego olvido… y muestro a las visitas,
Orgullosa, una sala en la que resplandece
La regla de oro que me dio mi madre.

restacado de "De poesía no eres tú " (Rosario Castellanos)

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