Se dice de
la persona imprudente que por su presunción es muy posible que se ponga en
peligro de perderse. En la
Mitología , Icaro era el hijo de Dédalo. Estando prisioneros
en el laberinto de Creta, huyeron con unas alas pegadas con cera. Durante su
vuelo, Ícaro se acercó tanto al Sol que la cera de sus alas se derritió, y cayó
al mar.
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